Los efectivos, que se encontraban desarmados porque no estaban de servicio, se dirigían a una playa en un ómnibus identificado como vehículo de Naciones Unidas.
Los atacantes les propinaron patadas y los golpearon con pistolas.
La agresión ocurrió cuando el microbús transitaba por un barrio pobre de Puerto Príncipe controlado por varias pandillas.