Durante el Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores, celebrado en Luxemburgo, los cancilleres deploraron que las autoridades cubanas no hayan liberado a más prisioneros de conciencia.
Además, condenaron las expulsiones de parlamentarios y periodistas europeos que pretendían asistir al Congreso de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, celebrado en La Habana el 20 y 21 de mayo.
La Unión Europea había adoptado las sanciones diplomáticas contra el régimen de Fidel Castro a raíz de la ola represiva de la primavera de 2003.
En sus conclusiones, el Consejo de ministros reiteró la disposición de la Unión Europea a mantener un diálogo con las autoridades cubanas.
Por demanda de Alemania y la República Checa, el texto final especifica que el diálogo deberá ser recíproco y no discriminatorio, con vistas a alcanzar resultados tangibles en las áreas de derechos humanos, democratización y liberación de presos políticos.