“Hoy, cuando los miembros democráticos de la Organización de los Estados Americanos (OEA) se reúnen, solo hay un asiento vacío en la mesa y ese asiento algún día pertenecerá a una Cuba libre y democrática”, dijo Rice.
“Como ya sabrán ustedes, acabo de regresar de un viaje a Brasil y Colombia, Chile y El Salvador, donde trabajé con nuestros muchos aliados democráticos para impulsar los principios que compartimos. En Santiago pudimos arribar a un consenso sobre el nuevo Secretario General de la Organización de los Estados Americanos y nosotros subrayamos la necesidad de que las naciones libres de las Américas contribuyan a que todos nuestros ciudadanos compartan los beneficios de la democracia”, dijo Rice. “La trasformación democrática de América Latina forma parte de una marea mayor de libertad que está avanzando por todo el mundo... y hoy en América Latina las democracias encabezan a gran parte del mundo en desarrollo, en libertad política y económica, en seguridad y en justicia social”.
La Secretaria de Estado también se refirió a que “con demasiada frecuencia cuando la gente habla de América Latina, se subraya el número de los muchos obstáculos para el desarrollo que todavía quedan — problemas como la pobreza y la desigualdad y la fragilidad democrática”. Y, sin duda, en lugares como Ecuador y Bolivia y en otras partes, insistió Rice, “estos obstáculos son muy reales en la región... y merecen nuestra atención porque requerirán un esfuerzo persistente de muchos años, décadas inclusive, para resolverse con éxito.”
Rice dijo, sin embargo, que se está venciendo en la democratización del Hemisferio y mencionó el progreso logrado en los últimos 25 años, cuando 14 dictaduras “oprimían a los ciudadanos en toda la región. La insurgencia violenta arrasaba a nueve países. Las economías estatales corruptas empobrecían a millones de personas. Y grupos guerrilleros operaban virtualmente en todas las naciones, insistiendo en que la lucha armada era el único camino hacia el cambio”.
Rice añadió en un discurso que sirvió para insistir una vez más en la actual estrategia política de liberación y democratización de Estados Unidos en el Hemisferio, que “en poco más de dos décadas, los pueblos de América Latina han superado lo que muchos creían que era una realidad inescapable. Expulsaron del poder a asesinos, ladrones y dictadores y construyeron democracias. Crearon economías de mercado que crecieron más el año pasado que en ningún otro momento de las últimas tres décadas. Los países de nuestro Hemisferio comparten ahora el consenso de que la democracia y la libertad económica son los únicos caminos al éxito”.
La Secretaria de Estado dijo al Consejo de las Américas que en la actualidad “la vertiente divisoria en las Américas no es entre los gobiernos de izquierda y la derecha. La vertiente divisoria real está entre aquéllos que son elegidos y gobiernan democráticamente y los que no lo son. Y fue entonces cuando subrayó lo siguiente: