Un terrorista suicida detonó el lunes un camión cisterna de gasolina cerca de una estación de policía matando por lo menos a diez personas, hiriendo a 62 y destruyendo automóviles y edificios cercanos.
Ha sido el tercer ataque en una semana contra la policía iraquí, la Guardia Nacional o altos miembros del gobierno interino de Iraq en lo que parece ser una ofensiva creciente.
Tarde el domingo tres pistoleros asesinaron frente a su domicilio al funcionario del Ministerio de Defensa Yassem Kuassim y su guardaespaldas, dijo un portavoz de ese ministerio. Esto ocurrió un día después que fracasó un intento de asesinato contra el Ministro de Justicia, aunque murieron cinco de sus guardaespaldas.
En el lugar donde el lunes estalló el camión cisterna poco después de las ocho de la mañana, el teniente coronel del Ejército de Estados Unidos, Bill Salter, dijo que entre diez y quince personas murieron en el ataque y que probablemente lo llevó a cabo un terrorista suicida con un camión lleno de gasolina.
El Ministerio de Salud informó que esperaba que el número de muertos aumentaría porque todavía estaban llevando cadáveres a los hospitales, así como cajas con restos humanos que todavían no habían sido examinados.
Mientras tanto, el último destacamento de soldados filipinos que estaban estacionados en Iraq llegó el lunes a Kuwait. El gobierno de Manila estaba esperanzado en que la retirada apaciguaría a los terroristas que han secuestrado al ciudadano filipino Angelo de la Cruz, a quien amenazaron matar si los 45 soldados filipinos no se iban de Iraq.
Un portavoz de la embajada filipina dijo que los últimos 34 soldados habían llegado a Kuwait para unirse a los primeros once que lo habian hecho el viernes.
Filipinas iba a retirar esos soldados de Iraq el 20 de agosto, pero adelantaron la fecha para satisfacer a los terroristas de De la Cruz, a quien amenazaban con decapitar a menos que se fuera de Iraq el contingente filipino cuya función era prestar ayuda humanitaria.
La retirada satisface el plazo del 20 de julio puesto por los terroristas secuestradores.
La decisión de la presidenta Gloria Macapagal Arroyo de retirar las tropas ha provocado la crítica de estados Unidos y otros aliados que han dicho que es un mal precedente ceder a las exigencias de terroristas.