En Washington, la Casa Blanca no hizo gran caso a lo dicho por Saddam Hussein, pero calificó de "importante paso" el procedimiento judicial llevado a cabo en Bagdad.
Durante una conferencia de prensa el portavoz presidencial Scott McClellan restó importancia a las preguntas de los periodistas acerca de lo que Saddam Hussein había dicho del presidente George W. Bush.
“No tengo la menor duda de que Saddam Hussein seguirá diciendo cualquier cosa”, dijo McClellan. “Lo que es importante es que Saddam Hussein y los cabecillas de su régimen van a tener que enfrentarse a la justicia del pueblo de Iraq en un tribunal iraquí. Este es un importante paso que ayudará al pueblo iraquí a poner punto final al negro pasado de la brutal dictadura de Saddam Hussein".
McClellan añadió que más valdría la pena oír a las víctimas de Saddam Hussein y a los familiares de esas víctimas. Manifestó que complace a Bush que “Saddam Hussein y los cabecillas de su régimen sean llevados ante la Justicia por el pueblo iraquí por las atrocidades que el régimen cometió”
Saddam llegó con las manos esposadas a la corte, pero se las dejaron libres durante el procedimiento de instrucción de cargos de 30 minutos de duración que se llevaba a cabo en Campamento Victoria, antiguo palacio de Saddam Hussein situado en las afueras de Bagdad.
"Yo soy Saddam Hussein, el presidente de Iraq", dijo dos veces el encartado, según informó un periodista de la cadena de televisión CNN que dijo que Hussein a veces parecía desafiante y en otras ocasiones, deprimido y a ratos confundido.