¿Es cierto que el estado cubano le está rentando los centros comerciales a los trabajadores de los locales?
El gobierno estableció un programa piloto experimental desde el año 2009 que vinculaba a los trabajadores de pequeños locales estatales con la explotación privada de los mismos.
Se trata de barberías y peluquerías estatales y pequeñas, con un máximo de tres sillones, que fueron arrendadas a sus trabajadores y funcionan como empresas privadas.
Los trabajadores asumen el costo de las operaciones y los gastos de mantenimiento y electricidad.
A cambio pueden explotar el local y fijar libremente los precios por su gestión.
El experimento comenzó inicialmente en La Habana y luego se extendió a otras provincias del país.
En diciembre del 2011 el gobierno cubano estableció que estos cambios dejaban de ser un experimento y se asumían como operaciones definitivas.
La aprobación permanente de este tipo de operación, junto con algunas gestiones de renta de vehículos estatales a trabajadores privados en el sector del transporte popular, hicieron aumentar las esperanzas de los cuentapropistas cubanos de que se aproximaba la liberación de alquiler de locales del estado a los trabajadores de los diferentes centros.
Es una manera de lograr mayores y mejores ingresos favor del estado y una forma de permitir la superación y ampliación del sector privado.
Además ayuda a contrarrestar el desempleo a nivel nacional con la creación de nuevos puestos de trabajo.
El sistema de cooperativas de producción ha existido en Cuba por los últimos 50 años, además de ser una forma de explotación aplicada en países del antiguo campo socialista, por lo que el gobierno cubano no necesitaba mucho tiempo para estudiar las formas y variantes que tendría que emplear para implantar este sistema.
Pero a pesar de todos estos elementos a favor, el movimiento cooperativista en el sector de los servicios no ha pasado de los experimentos iniciales.
El estado asegura que asumirá gradualmente esta forma de explotación de los locales bajo su control pero no establece fecha ni se toma otra decisión que vaya más allá de los estudios habituales y las encuestas con los trabajadores de los diferentes locales.
El gobierno estableció un programa piloto experimental desde el año 2009 que vinculaba a los trabajadores de pequeños locales estatales con la explotación privada de los mismos.
Se trata de barberías y peluquerías estatales y pequeñas, con un máximo de tres sillones, que fueron arrendadas a sus trabajadores y funcionan como empresas privadas.
Los trabajadores asumen el costo de las operaciones y los gastos de mantenimiento y electricidad.
A cambio pueden explotar el local y fijar libremente los precios por su gestión.
El experimento comenzó inicialmente en La Habana y luego se extendió a otras provincias del país.
En diciembre del 2011 el gobierno cubano estableció que estos cambios dejaban de ser un experimento y se asumían como operaciones definitivas.
La aprobación permanente de este tipo de operación, junto con algunas gestiones de renta de vehículos estatales a trabajadores privados en el sector del transporte popular, hicieron aumentar las esperanzas de los cuentapropistas cubanos de que se aproximaba la liberación de alquiler de locales del estado a los trabajadores de los diferentes centros.
Es una manera de lograr mayores y mejores ingresos favor del estado y una forma de permitir la superación y ampliación del sector privado.
Además ayuda a contrarrestar el desempleo a nivel nacional con la creación de nuevos puestos de trabajo.
El sistema de cooperativas de producción ha existido en Cuba por los últimos 50 años, además de ser una forma de explotación aplicada en países del antiguo campo socialista, por lo que el gobierno cubano no necesitaba mucho tiempo para estudiar las formas y variantes que tendría que emplear para implantar este sistema.
Pero a pesar de todos estos elementos a favor, el movimiento cooperativista en el sector de los servicios no ha pasado de los experimentos iniciales.
El estado asegura que asumirá gradualmente esta forma de explotación de los locales bajo su control pero no establece fecha ni se toma otra decisión que vaya más allá de los estudios habituales y las encuestas con los trabajadores de los diferentes locales.