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Las ventajas de un presidente latinoamericano


El presidente de Ecuador, Rafael Correa, en el nuevo aeropuerto de Quito.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, en el nuevo aeropuerto de Quito.

Durante todo este tiempo he oído a muchos tratar de explicar las razones por las cuales los hombres fuertes tienen la facilidad de gobernar en nuestro hemisferio.

Desde que era joven, mi di cuenta que muchos de los gobiernos del hemisferio eran regidos por dictadores, generales, o como se les decía entonces, caudillos.

En Venezuela estaba el Gen. Marcos Pérez Jiménez, en Perú el Gen. Manuel Odría; Colombia Gustavo Rojas Pinillas; Nicaragua Anastasio Somoza; República Dominicana el GeneralisimoLeonidas Trujillo; Paraguay Alfredo Stroessner y en Cuba Fulgencio Batista.

No eran los únicos. Chile, Costa Rica y Uruguay eran en esos tiempos las excepciones.

Muchos culpaban a los Estados Unidos. Decían que “los americanos” querían democracia para sus ciudadanos y dictadores para América Latina.

Demos un salto de unos 50 años – más o menos – y nos encontramos una situación que en cierta forma, aunque parezca incongruente, es muy parecida. Muchos gobiernos en el hemisferio son gobernados por hombres fuertes; digámosles dictadores democráticos que se eligen a sí mismo una y otra vez.

Esta vez acusan a Estados Unidos de no hacer nada. Ni el Presidente Barack Obama en su discurso del Estado de la Unión, ni el Senador. Marco Rubio (R-Fl.) en su respuesta mencionaron la región.

La culpa de todo la tiene el totí, digo, los Estados Unidos. Ayer por apoyar dictadores hoy por no hacer nada por impedir que gobiernos de la región se declaren enemigos de los americanos y aliados de Irán.

Durante todo este tiempo he oído a muchos tratar de explicar las razones por las cuales los hombres fuertes tienen la facilidad de gobernar en nuestro hemisferio. Pocos han tenido ideas más interesantes que la expuesta por el Vicepresidente y Director Ejecutivo de noticias de la Cadena Univisión, Daniel Coronell.

En su cuenta Twitter personal Coronell dijo: “Casi imposible que un presidente (bueno, regular o malo) pierda la reelección en América Latina. La silla es muy ponderosa y sin contrapesos”.

Como todo en Twitter, Coronell usa menos de 140 caracteres.

Coronell le pidió a sus seguidores que le hicieran una lista de presidentes en América Latina que perdieron elecciones estando en el poder. Dos me vienen a la mente. Daniel Ortega en Nicaragua perdió contra Violeta Chamorro en 1990 y Augusto Pinochet perdió un plebiscite en el que pedía continuar en el poder en octubre de 1988.

Para mí lo más importante de lo que dijo Coronell les que su explicación también convalida en cierta forma las razones por las cuales los caudillos gobernaron en nuestro hemisferio por tanto tiempo. Tiempos distintos y una mano de pintura diferente; pero al final muy parecido.

Muchos países en América Latina hoy permiten la re-elección presidencial al menos por dos períodos. El domingo en Ecuador Rafael Correa sacó en 58% de voto en su campaña para re-elegirse.

Pocos discuten si Correo ganó las elecciones. Pero casi nadie niega que gobierna con mano férrea. Correa y sus partidarios controlan todos los poderes del estado y tienen amenazados a la prensa independiente. Aquellos que osan decir algo que le moleste a Correa, como El Universo de Guayaquil van a los tribunales donde le imponen multas millonarias. No les queda otra que pagar, pedir perdón o irse a la bancarrota.

No hablemos de Cuba. Allí solo hay un candidato para cada puesto. Pero en Venezuela es indiscutible que los más pobres todavía adoran a Hugo Chávez. Nadie sabe si está vivo o muerto; pero no importa.

Por más de 70 días nadie tuvo noticias directas de Chávez, El pueblo no lo vio, ni lo oyó hablar. Estaba en Cuba para una cuarta operación del cáncer que amenaza su vida. Primero sacaron tres fotos y después, de repente, en una madrugada un avión ambulancia los llevó a Caracas a una sala hospitalaria en el Fuerte Tiuna, en el centro de la ciudad.

En Venezuela no importa que Chávez no haya podido prestar juramento como presidente por cuarta vez el 10 de enero, como manda la constitución. El Tribunal Suprema dijo que eso era una formalidad y la Asamblea Nacional dijo algo parecido. La oposición protesta, pero pocos en el gobierno le hacen caso. Los allegados a Chávez controlan el país; como otros en la región lo hacen en casa propia.
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