Enlaces de accesibilidad

Holodomor, el hambre como arma


Holodomor en Ucrania, monumento en Washington DC.
Holodomor en Ucrania, monumento en Washington DC.

Entre 1932 y 1933 millones de residentes de las áreas rurales de Ucrania fallecían de inanición, caían en las calles de Jarkov (entonces capital ucraniana), en las calles de Kiev, en las carreteras en ruta suicida hacia las ciudades, buscando un pedazo de pan.

Ucrania, una vez granero de Europa se convirtió en zona despoblada, con famélicos campesinos, haraposos infantes, con la mano extendida pidiendo por una migaja de pan.

Holodomor en Ucrania, cadáveres en las calles.
Holodomor en Ucrania, cadáveres en las calles.

El Holodomor (basado en dos palabras ucranianas holod – hambre, penuria y moryty – muerte inducida por la acción del ser humano) es considerado un acto de genocidio contra el pueblo ucraniano cometido por el régimen soviético en escasos dos años (1932-1933) y es solo aplicable a las atrocidades estalinistas cometidas contra los ucranianos, que vivían incluso en suelo ruso, como la zona agrícola del Kuban, al norte del Caúcaso y en zonas de Kazajstán donde residían campesinos ucranianos en pequeños núcleos rurales.

Los orígenes del crimen hay que buscarlos en la política de colectivización de la tierra, en la socialización de los medios de producción, en este caso la tierra de millones de campesinos propietarios de haciendas, terrenos o parcelas que por la fuerza fueron socializadas, para convertirlas en granjas colectivas (koljóses) o granjas socialistas (soljóvses).

Holodomor en Ucrania, reportes de prensa (2).
Holodomor en Ucrania, reportes de prensa (2).

Desde 1927, cuando se lanzó la consigna de colectivización de la tierra en toda la URSS, la mirada del Kremlin estaba puesta sobre la fértil Ucrania. Los ánimos de los granjeros y campesinos ucranianos para abrazar la causa del proletariado eran nulos, ellos preferían mantener su ganado y su cultivo. En Ucrania el campesinado era visto por los comisarios como una clase enemiga, renuentes a la sovietización del país, más propenso a la “ucranización”.

La intelectualidad ucraniana, e inclusive comunistas y socialistas de ese país, no concebían la unidad con Rusia de la manera en que la trazaban desde el Kremlin. Un lema lanzado por los líderes en Kiev fue “Lejos de Moscú”. El movimiento nacionalista armada se mantenía en suelo ucraniano con fuerza desde finales de la Primera Guerra Mundial. Al igual que Finlandia y Polonia habían logrado su independencia de Moscú al resquebrajarse el Imperio Ruso en 1917, los ucranianos tenían similar aspiración.

Holodomor en Ucrania, cifras.
Holodomor en Ucrania, cifras.

Muchos campesinos eran acusados entonces de apoyar a los movimientos independentistas que luchaban con las armas a la implantación del poder soviético. Esos dos factores: negativa a la colectivización y al poder soviético determinaron el veredicto de Stalin. El campesinado ucraniano era percibido por los bolcheviques como una fuerza vital del nacionalismo en ese país, portador de las viejas tradiciones y los valores nacionales que se oponían a la inclusión del país dentro de la URSS y mantenían la esperanza de una Ucrania nesaleshna (independiente).

El kurkuls de Ucrania (campesino medio que en ruso se denomina kulak) se convirtió en la propaganda soviético sinónimo de acaparador, truhán, vagabundo por lo que se debía combatir como un enemigo de clase. Se inició entonces la deskulakización del campo ucraniano. La cuota de granos que Ucrania debía aportar a las arcas soviética no se podía cumplir dentro de las normas de la economía planificada y eran excesivas para los pocos campesinos con tierra propia que quedaban.

Holodomor en Ucrania, la colectivización.
Holodomor en Ucrania, la colectivización.

Por decreto de Stalin, firmado en agosto de 1932, se condenaba a 10 años de cárcel y la confiscación de los bienes a toda persona que dilapidara la propiedad colectiva, que iba desde los granos hasta las bombillas de aceite que eran propiedad del koljos o el soljovs. Se prohíbe ese año la venta de keroseno, fósforos, fertilizantes y otros artículos a los que no pertenecían a esas granjas colectivas. La comercialización de productos o simplemente trueque de mercancía se penalizó. La demarcación territorial de Rusia y Ucrania por la zona de Kuban fue cerrada por tropas policiales del NKVD (Comisariado Nacional de Asuntos Internos) para que los campesinos no pudieran abandonar las zonas donde ya se iniciaba la feroz hambruna.

Informes secretos del NKVD constatan la muerte diaria de 25 mil personas en varias regiones ucranianas a finales del invierno del 1933, así como la presencia de 300 mil niños sin hogar ni familias, que deambulaban por las calles de Kiev a finales de agosto de 1933. Cuando comenzó el curso escolar en Septiembre (1933-1934) solamente dos tercios de los matriculados el año anterior volvieron a las aulas. Uno de cada tres infantes falleció en doce meses. La cifra total de fallecidos se calcula entre 7 y 10 millones de personas.

Holodomor en Ucrania, el escape del campo.
Holodomor en Ucrania, el escape del campo.

Las órdenes impartidas desde el Kremlin tenían una finalidad: aniquilar a los portadores del nacionalismo ucraniano, a los que simbolizaban y defendían sus valores y tradiciones. Los principales responsables en Moscú de aquella política fueron Iosef V. Stalin, Viasheslav Molotov, quien aquellos años encabezaba el Consejo de Comisarios (Ministros) de la URSS, Lazar Kaganovich, enviado del Kremlin a Ucrania para coordinar la recolección de granos y el proceso de colectivización.

No faltaron los funcionarios de Moscú encargados de aplicarla en Kiev: Stanislav Kosior, primer secretario del partido comunista ucraniano, Mendel Jataiievich y Pavel Postushev, ayudantes de Kosior en la organización bolcheviques de Ucrania, Stanislav Redens y Vsevolod Balitsky, jefes respectivos de la GPU (Dirección General Política) en Ucrania, como entonces se llamaba la VCheka. Los actos crueles también tienen nombres y apellidos.

Holodomor en Ucrania, Monumento.
Holodomor en Ucrania, Monumento.

Por décadas se encargaron en Moscú de sovietizar a Ucrania, de mantenerla como una dependencia de Rusia. Ya con la independencia, y tras convulsos procesos políticos como la Revolución Naranja y el Euromaidan se inició el proceso de rescate de la historia, y dentro de ella de las páginas más horribles del pasado, puestas al escrutinio y estudio para las nuevas generaciones.

Especialistas en el tema comparan las pérdidas humanas en Ucrania entre 7 a 10 millones de personas, durante dos años, con las de la Primera Guerra Mundial – 8,5 millones.

En la actualidad más de una docena de reconocen el Holodomor como genocidio: Australia, Canadá, Colombia, República Checa, Ecuador, Estonia, Estados Unidos, Georgia, Hungría, Letonia, Lituania, México, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Ucrania y el Vaticano. Otras naciones han reconocido al Holodomor como un acto criminal del estalinismo, entre ellas: Argentina, Chile, República Checa, Eslovaquia y España.

Ucrania lleva años desde el 2003 pidiendo a la ONU que aborde el tema del Holodomor en una sesión especial de la Asamblea General y que se adopte una resolución especial condenando el genocidio. Hace ya varios años que intenta llevar a la agenda del pleno una resolución y se queda la idea en los pisos burocráticos de ese inmenso edificio.

Holodomor en Ucrania, muertos en las calles de Jarkov.
Holodomor en Ucrania, muertos en las calles de Jarkov.

La primera muestra de tributo internacional la recibieron los ucranianos de Estonia, en octubre de 1993, cuando el parlamento de la recién independiente ex república soviética lo que calificó de “política comunista genocida contra Ucrania”. Una década más tarde, en el 2003, el parlamento de Canadá condenó el genocidio contra los ucranianos y cualquier intento por ocultar la verdad. En ese mismo año lo hizo el Senado de Argentina, el Senado de Australia, la Asamblea Nacional de Hungría y la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Antes de fallecer, Su Santidad Juan Pablo II condenó la práctica estalinista. En el 2005 lo hizo el parlamento de Lituania y el de Georgia y en el 2006 el polaco.

Muchas naciones en ese organismo no desean criticar al comunismo, ni al socialismo y muchos menos reconocer que la propiedad social sobre los medios de producción se puede convertir en elemento asesino. En términos de condena colectiva en organismos internacionales existe una declaración conjunta que se redactó durante las jornadas de trabajo de la 58 Asamblea General de la ONU en el 2003 y que fue firmada en un inicio por 25 naciones y después estamparon su firma otras más, sumando en la actualidad 65, incluidos los miembros de la Unión Europea. El parlamento europeo aprobó una resolución en el 2008 donde reconoce que el Holodomor es un crimen contra el pueblo ucraniano, y la humanidad. La Asamblea del Parlamento Europeo en resolución del 2010 “condena la política cruel del régimen estalinista que resultó en la muerte de millones de personas inocentes, como crimen contra la humanidad”.

Holodomor en Ucrania, familia campesina ucraniania.
Holodomor en Ucrania, familia campesina ucraniania.

En América Latina los parlamentos de Ecuador y Perú aprobaron iguales documentos y una moción similar se encuentra en el legislativo de Paraguay. En el de Uruguay se presentó la iniciativa por unos senadores, pero la mayoría izquierdista, afiliada al Frente Amplio ignora el debate.

El Consejo de la Ciudad de Roma adoptó una resolución de condena al Holodomor y reconoce el aporte de Sergio Gradenigo, cónsul italiano en Jarkov en 1933, quien en sus informes al embajador de Italia en Moscú, documentó el genocidio y sus testimonios son hoy muestra fehaciente del crimen.

En Washington DC se inauguró en Noviembre del 2015 el monumento a las víctimas de la hambruna ucraniania. El Senado había aprobado en el 2006 los fondos para la construcción y la ley fue firmada por el entonces presidente George W. Bush. Es el segundo monumento en la capital de Estados Unidos dedicado a las víctimas de la represión comunista.

Holodomor en Ucrania, infantes en las calles.
Holodomor en Ucrania, infantes en las calles.

A inicios del 2010, en Kiev, un tribunal realizó un juicio por el genocidio de millones de campesinos ucranios durante la colectivización socialista de la tierra en la época soviética. Tras una investigación que ordenara el entonces presidente Victor Yuschenko, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) se dedicó por meses a indagar en los documentos de los que fueron una vez archivos secretos soviéticos. Revisaron actas de confiscaciones de la tierra, directivas partidistas, juicios sumarísimos, etc.

El tribunal responsabilizó a Iosef V. Stalin y otros dirigentes comunistas soviéticos por el genocidio que tuvo lugar durante los 20 y 30 del siglo pasado. El juicio no prosiguió porque el Código Penal ucraniano no permite que se juzguen a personas fallecidas. Solamente confirmó las conclusiones que presentó en la acusación el SBU sobre la responsabilidad de Stalin y demás líderes bolcheviques.

No faltan los que niegan el Holodomor, como algunos niegan el Holocausto. La ley en Ucrania establece que el negar públicamente la existencia del Holodomor se considera una burla a la memoria de los millones de víctimas, a la dignidad del pueblo ucraniano y es penable.

Cada 26 de Noviembre se recuerda en ese país a los que fallecieron en aquellos trágicos años. Recordar a los fallecidos, víctimas del estalinismo, se ha convertido en una deuda nacional para los ucranianos.

  • 16x9 Image

    Álvaro Alba

    Historiador y periodista especializado en temas de Europa del Este y la ex Unión Soviética. Máster en Historia por la Universidad Estatal de Odesa, Ucrania. Premio Emmy 2017 (Emmy Award) en la categoría de Documental Histórico.

    Ha publicado en ABC, Diario de Las Américas, El Nuevo Herald, entre otros. Actualmente trabaja en MartiNoticias.com. Autor de Castro y Stalin, almas gemelas (2002); En la pupila del Kremlin (2011) y Rusia: la herencia del estalinismo (2012). Es Asociado Principal de Investigación (Senior Research Associate) del Centro de Estudios Cubanos (Cuban Studies Institute CSI) de Miami y miembro de la Asociación para Estudios Eslavos y del Este de Europa (ASEEES).

XS
SM
MD
LG